Edulcorantes no calóricos y alternativas naturales

¿La clave para una alimentación más saludable?

En el presente año se presentó un artículo científico con las directrices proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto del uso de edulcorantes no calóricos. El artículo tiene como objetivo brindar una visión general de las directrices de la OMS, su justificación y la evidencia científica que respalda sus recomendaciones. El uso de edulcorantes no calóricos ha ganado popularidad como sustituto del azúcar en diversos productos alimenticios y bebidas. Sin embargo, se han planteado preocupaciones acerca de su seguridad y posibles efectos en la salud.

En respuesta a estas preocupaciones, la OMS ha desarrollado directrices para garantizar el uso seguro y adecuado de los edulcorantes no calóricos.

La creciente epidemia de sobrepeso y obesidad ha alcanzado proporciones alarmantes en todo el mundo, amenazando la salud de miles de millones de personas. En 2016, más de 1,9 mil millones de adultos y más de 38 millones de niños menores de 5 años fueron afectados por este problema. La obesidad también es un importante factor de riesgo para enfermedades no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer, que representaron una gran cantidad de muertes en 2019.

Un alto consumo de azúcares libres ha sido asociado con problemas de salud y mala calidad dietética. Para abordar esta preocupación, la Organización Mundial de la Salud

(OMS) ha emitido pautas para limitar la ingesta de azúcares libres. En este contexto,

ha surgido un creciente interés en los edulcorantes no azucarados (NSS) como posibles alternativas para reducir el consumo de azúcares a nivel de la población

Los NSS son aditivos desarrollados para proporcionar un sabor dulce sin calorías, y se utilizan ampliamente en alimentos y bebidas preparadas, así como en productos de cuidado personal. Se comercializan como una ayuda para la pérdida de peso o el

mantenimiento de un peso saludable. Al ser mucho más dulces que los azúcares, solo se

requieren pequeñas cantidades para lograr el mismo nivel de dulzura.

Los NSS han sido sometidos a rigurosas evaluaciones toxicológicas por organismos autorizados para establecer niveles seguros de ingesta. Estudios controlados aleatorios han sugerido que los NSS tienen un impacto limitado en el metabolismo de la glucosa y ayudan en la pérdida de peso cuando se combinan con una dieta restringida en calorías a corto plazo.

Sin embargo, a pesar de estos resultados prometedores, no hay un consenso claro

acerca de los efectos a largo plazo de los NSS en la salud y la obesidad. Además, la

investigación ha revelado que los NSS pue den tener diversos efectos metabólicos en

el organismo, lo que hace necesario un mayor estudio y comprensión de su impacto.

En conclusión, los NSS representan una potencial alternativa para reducir el consumo de azúcares en la lucha contra la obesidad y enfermedades relacionadas.

No obstante, es importante seguir investigando para comprender mejor su efecto a

largo plazo y evaluar su seguridad y eficacia en el contexto de una dieta y estilo de vida

saludables.

Los edulcorantes no calóricos, también conocidos como edulcorantes artificiales o sustitutos del azúcar, se utilizan ampliamente como alternativas al azúcar en diversos productos alimenticios y bebidas. Estos edulcorantes proporcionan dulzura sin agregar calorías significativas, lo que los convierte en opciones atractivas para las personas que buscan reducir su consumo de azúcar. Sin embargo, la seguridad y los efectos en la salud de los edulcorantes no calóricos han sido objeto de debate e investigación. Con el fin de proporcionar recomendaciones basadas en evidencia, la OMS ha desarrollado directrices para abordar el uso de edulcorantes no calóricos.

Cuáles fueron los métodos

Las directrices de la OMS para el uso de edulcorantes no calóricos se desarrollaron mediante una revisión exhaustiva de la literatura científica, que incluyó estudios per-tinentes a su seguridad, eficacia y posibles efectos en la salud. Las directrices fueron

formuladas por un panel de expertos en los campos de la nutrición, toxicología y salud

pública. La evidencia se clasificó según la fuerza y calidad de los datos disponibles, y

las recomendaciones se realizaron en función de la evaluación general de la evidencia.